En el Municipio misionero de Apóstoles convierte los residuos orgánicos de los vecinos en fertilizante natural. El abono es rico en nutrientes y llega a productores, huerteros y hogares de la ciudad.
En Apóstoles, la Planta de Reciclaje Municipal encontró la manera de transformar los residuos orgánicos domiciliarios en un recurso valioso: abono orgánico de alta calidad. A través de un cuidadoso proceso de compostaje y lombricultura, los desechos que llegan de las familias de la ciudad se convierten en fertilizante rico en nutrientes esenciales para la producción agrícola y la jardinería.
Alberto Poliszuk, Director de Ambiente del Municipio y responsable de la planta, explicó que el trabajo comienza con la recolección de restos orgánicos que luego permanecen entre 60 y 75 días en un playón, donde se controla la temperatura para evitar que se quemen los materiales. Ese precompostaje se convierte en la “comida” para las lombrices californianas, protagonistas del proceso que transforma los residuos en humus.
Las lombrices trabajan durante dos a tres meses en cunas especialmente preparadas con riego artificial, que mantienen la humedad y temperatura adecuadas.

Una vez finalizado el ciclo, el material obtenido pasa por zarandas que eliminan plásticos u otras impurezas, dando lugar a un fertilizante con altos niveles de potasio y calcio, ideal para huertas, jardines y cultivos de mayor escala.
“Es un producto que llega a productores, huerteros y vecinos que buscan mejorar sus suelos”, destacó Poliszuk, quien remarcó que se trata de un abono producido gracias al compromiso de la comunidad con la separación de residuos. Esta iniciativa fue presentada en el ciclo AgroTech de Canal Doce, que pone en valor innovaciones sostenibles en la región.
Fuente.- https://www.canal12misiones.com