Dos goles al Rojo Independiente por offside marcaron el desarrollo de un encuentro intenso y friccionado, que nadie probablemente recordará.
Independiente y River Plate protagonizaron un clásico lleno de emociones y controversias en Avellaneda que terminó sin goles, pero con mucha tela para cortar. El partido, correspondiente a la cuarta fecha del Torneo Clausura 2025, tuvo momentos de gran intensidad, con ambos equipos buscando abrir el marcador, aunque el árbitro Nazareno Arasa terminó siendo protagonista al anular dos goles clave del local por posiciones adelantadas muy ajustadas.
Desde el arranque, el juego mostró mucha presión en el medio campo, con ambos conjuntos buscando dominar la posesión y controlar los espacios. Sin embargo, las chances claras fueron escasas en la primera mitad, en gran parte gracias a las buenas defensas y al trabajo de los arqueros.
Ya en el segundo tiempo, la historia cambió radicalmente. Apenas comenzado el complemento, Santiago Montiel rompió la paridad con un gol para Independiente que hizo estallar el estadio. Pero la alegría duró poco: el juez anuló la jugada por un fuera de juego previo de Matías Abaldo, en una decisión muy ajustada que generó el primer foco de polémica.
El partido se volvió aún más disputado y con más imprecisiones, aunque el Rojo siguió insistiendo. A los 16 minutos del segundo tiempo, Walter Mazzantti volvió a convertir y otra vez la celebración fue efímera: el tanto fue anulado por un offside de Federico Vera, en otra jugada que despertó críticas y dudas sobre la interpretación del árbitro.
En paralelo, River Plate tuvo también su chance con un gol anulado de Miguel Borja por una posición adelantada, cerrando el capítulo de goles anulados que marcó el desarrollo de un partido muy parejo.
En lo futbolístico, la figura excluyente fue Franco Armani, quien con varias atajadas de mucho mérito mantuvo el arco en cero y fue el salvador del Millonario en más de una ocasión. Por otro lado, la preocupación pasó por la lesión de Germán Pezzella, quien debió retirarse con dolor en su rodilla y encendió las alarmas en el banco visitante.
El encuentro fue friccionado, con muchas faltas y amonestaciones, reflejando la intensidad que caracteriza a este clásico del fútbol argentino. Pese a la falta de goles, el partido mantuvo al público en vilo hasta el pitazo final. El empate deja a ambos equipos con la sensación de que pudieron ganar, pero también con la certeza de que la polémica arbitral será tema de debate durante varios días.
Fuente.- https://www.minutouno.com/